"Empresas solidarias
vs.
Empresas abusivas"
Por Cristina Almirall. La Humanidad está perdida sin el hombre y la mujer.
En estos momentos de "buenos, feos y malos", parecería que está resurgiendo una nueva economía, que separará los modelos empresariales drásticamente en dos: empresas solidarias y empresas abusivas.
Y cada vez nos será más fácil distinguir la empresa que nos quiere utilizar en pro de sus intereses y aquella que gana cuando tenemos beneficios.
Tristemente, uno de los motivos de la crisis, ha sido que cada vez hay más empresas que han hecho de los beneficios su objetivo maquiavélico, y para ganar más, han utilizado a las personas trabajadoras y consumidoras como instrumento para conseguir más ganancias. Cada vez hay más empresas que han perdido los valores en pro de tener más beneficios para ellas y quienes las dirigen. Estas personas dirigentes son las que ahora mismo protegen nuestro sistema capitalista y que ahora nos llama infieles y alegan que estamos en crisis cuando no venden todo lo que quisieran vender.
Ciertamente, hoy en la crisis, mal que le pese a mucha gente, se ha desarrollado un espíritu crítico, pues las personas ya han empezado a distinguir con mayor rapidez aquellas empresas que han tomado la responsabilidad social corporativa como mera estrategia de marketing para mejorar su reputación y conseguir vender más y aquellas que la han incorporado en sus empresas como creencia y estrategia.
Hoy nos empezamos a dar cuenta cómo queremos que sean las empresas del presente y del futuro, y empezamos a forzarlas a que cambien sus modos de hacer.
Por fortuna y debido a las últimas circunstancias vividas empiezan a aparecer empresas solidarias que en vez de desmotivar a las personas trabajadoras y dejarles exhaustas, se han encargado de hacerles sentir útiles y vivas, puesto que les interesa que la empresa vaya bien, pero también toda la cadena de valor.
De hecho, seguirán existiendo personas dirigentes que tengan como objetivo realizar campañas de marketing agresivas, sobretodo en precio y salarios, para que seamos más consumistas, y seguirá habiendo empresas que intenten vendernos más de lo que necesitamos, aprovechándose del trabajo digno y del buen hacer de las personas.
Seguirá existiendo una clase de dirigentes tendentes a mantener el actual sistema capitalista y protegerlo, a pesar de todo y de todos. Por su propia naturaleza depredadora.
Sinceramente, porque algunas son depredadoras, considero que este tipo de personas dirigentes, -vanidosas y soberbias además de ambiciosas- , difícilmente desaparecerán, pero cada vez habrá más personas emprendedoras que nazcan con el sello de la responsabilidad social y que sobretodo ganen cuando todas las personas ganemos.
Hay que tener en cuenta, que las personas consumidoras no viven en una burbuja y saben, y más con la crisis, que hay muchas empresas que se han vestido de corderas cuando en realidad eran lobas, que nos han utilizado como peones.
Poco a poco, a golpes, la clientela ha aprendido a comparar más y mirar de consumir precio pero con calidad. Ahora se sabe más que nunca que las cosas cuestan lo que cuestan, y que para que cuesten esto, se necesita explotar consentidamente, o no, a las personas trabajadoras. Ahora la clientea tiene más poder y compara más antes de comprar. Y la tendencia va a más.
Ahora sabemos que antes consumíamos más de lo que necesitábamos. Ahora hemos decidido cambiar nuestros hábitos. Es cierto, hemos perdido empleos, pero el sistema nuevo ya va naciendo para dar paso a una nueva economía y a una nueva manera de tratar a las personas clientas y trabajadoras. Una en la que los bancos no darán más crédito del que se deba, ni se especulará con el suelo y la contrucción y las empresas dejarán de abusar.
Porque a quién no le ha pasado que al año y medio, cuando se te acaba la permanecia del móvil, te acosan para que lo cambies. Quién no ha visto empresas que han empezado guerras y campañas muy agresivas que han ido forjando el carácter borde de éstas. Quién no ha ido a una tienda y ha tenido que sufrir el trato ingrato de las personas trabajadoras, que por lo que les pagan y por su propia desmotivación tienen poco conocimiento de los productos que se venden, y se comportan de todo menos agradablemente. Quién no ha tenido problemas cuando intentando hacer valer sus derechos como persona consumidora, no ha encontrado responsables.
A partir de ahora está naciendo una nueva manera de hacer mercado, una en la que las personas consumidoras y personas trabajadoras están asumiento el poder y decidiendo dónde gastar y trabajar.
En este sentido, algunas empresas empiezan a tener claro que si tratan bien a la clientela, tienen buenos productos y buenos precios, y además tratan bien a sus empleados, venderán más.
Cada día están apareciendo más empresas, que van a empezar a crear empleo gracias a vender más barato pero con calidad y solidaridad. Pues saben que vendiendo más barato, con calidad y valores sin fin, fabricarán y venderán más.
El sistema económico capitalista quizás no cambie a corto plazo, pero vamos a más proximidad, a ver y ayudar a nuestro vecindario, a saber de él, y a tratar de ayudarlo. A procurar de saber cómo se trata a las personas trabajadoras donde consumimos.
El nuevo sistema económico se marcará por empresas que tengan estructuras éticas y trabajen con calidad.
A partir de ahora nacerán empresas más solidarias y que cuiden lo que producen. Pues sabrán que ya no querremos neveras que se estropean a los tres años, sino neveras de calidad que se compran al precio que valen y sabrán que ya no queremos a costa de arrasar la naturaleza.
La guerra de precios seguirá existiendo pero para ofrecer mayor calidad. Se seguirá negociando con proveedores pero para que las marcas y ellos puedan ofrecer lo mejor. A partir de ahora pasaremos de empobrecer el mercado a enriquecerlo. Y dejaremos de dar vueltas en una espiral negativa que no nos lleva a ningún lugar.
El precio será importante y los aspectos cualitativos también. Nos importará el valor añadido que puedan ofrecernos. Consumiremos, por norma, lo necesario. Más barato pero con mayor calidad, innovación y desarrollo.
El precio será importante y por ello los márgenes serán más pequeños, pero en vez de recortarlos en productos, salarios y personas trabajadoras, pensaremos que si damos calidad, quienes consumen nos comprarán más por el valor añadido y por el tipo de estructuras que tengamos.
Así pues, llega una nueva manera de pensar el mercado: los precios baratos sí, pero con sentido. El producto local perfecto sí, pero de calidad. La clientela estará con nosotros en la medida en que las empresas sean capaces de emocionarnos, y nos muesten que nos conocen de manera individual, que saben y nos dan lo que queremos. Pero sobretodo, nos convencerá la amabilidad, una sonrisa, y que las personas dirigentes sean responsables con el medioambiente, sociedad y personas trabajadoras.
2 Comentarios:
Cristina me parece una reflexión muy interesante para los momentos que estamos.
Realmente creo que das en el clavo, puesto que como consumidores, yo almenos, tenemos que ser críticos con lo que consumimos. A mi ya no me vale todo, y busco además de precio, calidad y responsabiliad.
Esta crisis me ha hecho ser más consciente de ello, y me ha hecho mirar mucho más.
Desde hace tiempo evito aquellas empresas que sé que machacan a sus trabajadores.
Sí, es cierto, el producto puede ser buenisimo, pero si explotan a las personas, en pro de su propio beneficio y me utilizan para ello, lo siento, pero que no cuenten conmigo.
Nosotros tenemos mucho poder. Es cuestión de tomar consciencia de ello. Si lo hacemos podemos cambiar el cursos del mercado.
Personalmente, me gusta el enfoque del artículo. Creo que apuntas de manera muy certera hacia donde se dirige la economía mundial. Yo suelo encontrar a faltar este tipo de vaticinios en la mayoría de los artículos.
Es imposeible que el sisitema capitalista acutal se mantenga, y aunque como tu bien dices, siempre existirán este tipo de empresas y dirigentes depredadores, cada vez vamos a ir, porque tiene que ser así, hacia empresas más responsables.
Hola Cristina, me gusta lo que has escrito.
Por desgracia estamos en una sociedad depredadora, como bien dices. Cada vez somos más egoístas.
Muchísimas empresas se están aprovechado de la crisis para hacer barbaridades, lógicamente escudados por la legislación.
Hecha la ley, hecha la trampa.
La expoltación en pro del beneficio propio ha existido toda la vida, eso te lo aseguro.
Falta muchísimo control por parte de la administración.
Respecto a que hemos consumido más de lo que tocaba: correcto! pero, ¿cuál es el problema? que todavía hay muchas personas que lo siguen haciendo.
Creo que todos, en general, debemos ser más responsables: políticos, empresarios y ciudadanos en general.
Todos sabemos por qué hemos llegado a la situación de crisis en la que estamos sumidos, y en la que estaremos todavía mucho tiempo más, por desgracia. Lo malo es que nadie quiere apretarse el cinturón ni sacrificarse. Sigo insistiendo, somos egoístas por naturaleza y cada vez más.
Enhorabuena por tu artículo.
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