Por Juanjo Martí. Recientemente publiqué en Diario Responsable un artículo sobre el denominador común de las personas que trabajan en cargos de gestión en empresa, administración pública y tercer sector: la universidad. La mayor parte de personas que ocupa alto rango en nuestra sociedad han recibido formación universitaria y en gran medida en el sector empresarial, postgrados. Entonces, ¿por dónde empezar a ser responsables?
Para adentrarnos en dónde debería empezar una sociedad responsable a articularse, deberíamos analizar dónde se forma y quien forma; la respuesta es una forma gente formada en la universidad y forma a las personas que luego educan en la educación primaria y secundaria. Al hablar de valores pareciera que la mayoría de organizaciones se los atribuyen, si son empresas bajo la premisa de que el objetivo es generar beneficio para accionistas, si son del tercer sector bajo el marco del bien social y en pocos casos el estado define sus valores aunque en la mayoría de sociedades tienden a proclamar valores democráticos (mientras vota muy poca gente y participa menos).
En este sentido, cabe señalar el inicio de proyecto común que se está gestando entre Universidades de Iberoamérica, tanto públicas como privadas, y fundamentalmente desde personas que lideran grupos de investigación comprometidas con el desarrollo sostenible. Próximamente informaremos sobre las actividades previstas, entre tanto dejamos la inquietud de que cuando hablamos de universidad, debiéramos entenderla como comunidad universitaria para hacer extensible el deber de mejorar la institución a todas las personas que por ella hemos pasado y gracias a la titulación y formación obtenidos hemos podido desarrollar nuestras carreras profesionales.
En este sentido, toca apuntar que más que nunca y en época de cambios, todas las personas que tengan intención de un desarrollo responsable debiéramos reflexionar desde nuestra ocupación (sea empresa, estado, profesionales liberales, tercer sector) de cómo podemos formalizar alianzas con las Universidades que reinventen el modelo que nos ha llevado a una peligrosa crisis de inconsciencia colectiva ante una realidad financiera previsible.
1 Comentarios:
Una opción que he tomado en mi ejercicio profesional, y, que considero responsable, ha sido crear espacios en las organizaciones para comprender las emociones humanas, analizar la escala de necesidades humanas y como los medios de comunicación influyen en la percepción de la felicidad humana.
La educación debe propiciar espacios de análisis de ¿Qué es lo que realmente nos hace seres humanos? ¿Que es lo importante a la hora de pensar en satisfacción de necesidades humanas?. ¿Tener? ¿Ser? ¿hacer? ¿soñar? ¿planear?
La desigualdad de oportunidades educativas es un punto que invito a que los profesionales no olviden una vez salgan a ejercer. Hay personas que llegan a nuestros consultorios, oficinas, lugares de trabajo, a las cuales podemos sacar de la ignorancia brindándole orientación. No necesariamente generará lucro, pero, estaremos devolviendo al planeta tierra gratitud por haber tenido la posibilidad de recibir educación.
Considero que esta es una forma sencilla de aportar a la responsabilidad social.
Agradezco la oportunidad de comunicar parte de mis pensamientos.
Feliz día.. para todos...
Atte
Gina Orejarena Palacio
blog: ginaorejarena98.wordpress.com
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