Por Laura Fähndrich. La
responsabilidad social está evolucionando rápidamente. Como parte de esta
evolución toda entidad que quiera poner en práctica un verdadero programa de RSE,
no puede sólo hacerlo como un lavado de cara y de “puertas afuera”. La
responsabilidad social debe aplicarse en todos los ámbitos de la entidad, dentro y fuera.
En otras palabras,
no tenemos que interesar por todos los stakeholders de la empresa u
organización, incluidos los grupos de interés internos. Y entre ellos, los más
importantes: nuestros empleados y colaboradores. Las
empresas ya saben que a éstos se les debe proporcionar un marco de
trabajo digno, con un salario adecuado, un plan de carrera, formación continua
y un equilibrio entre la vida personal y profesional. Sin embargo, una entidad que quiere ser
puntera en su sector también tiene que prestar atención a los diferentes tipos
de empleados y entre ellos a los llamados “intraemprendedores”.
Los/Las
intraemprendedores/as son personas que innovan en el interior de una empresa y
que permite que ésta mejore sus procesos,
productos o servicios y pueda adaptarse a los cambios de la sociedad y la
economía. En los tiempos que corren, en que se habla constantemente de crisis y
recortes en muchos países del mundo, los/las intraemprendedores/as pueden ser el
elemento clave que consiga que la empresa supere una situación difícil.
Frecuentemente,
los/las intraemprendedores/as ni siquiera son conscientes de serlo. Ellos,
simplemente, con sus conocimientos y habilidades, contribuyen al crecimiento de
la empresa u organización, encontrando soluciones simples pero muy útiles, como
mejor saben y pueden. A menudo, incorporan
pequeños cambios que hacen un proceso más corto o liviano o encuentran solución
a un cuello de botella. Estas modificaciones pueden reducir costos o aumentar la
productividad, por ejemplo. Por eso es importante que la compañía y su gerencia
sepan identificar a estos empleados ingeniosos. Asimismo, es recomendable que
la empresa facilite el marco idóneo para que estos intraemprendedores/as sigan aportando insumos novedosos y
constructivos a los procesos. Sería todavía mejor que consigan crear las
condiciones para que estos/as empleqados/as talentosos/as puedan contagiar a
sus colegas y generar así una circulo virtuoso de innovación para la entidad.
Teniendo esto en
cuenta, si un empresario busca que su empresa sea más competitiva, está claro
que una buena forma de invertir en innovación de manera interna será la
detección, acompañamiento y promoción del emprendedor/a interno/a.
Por consiguiente,
lo ideal es que la compañía cuente con un programa que promueva el
intraemprendimiento, lo refuerce y lo haga sostenible en el tiempo. En otras
palabras, hay que encontrar la manera de escuchar al/la intraemprendedor/a, animarle,
darle los recursos para que concrete sus ideas y proporcionarle el
reconocimiento que se merece. De esta manera, gana la empresa y gana el
empleado innovador que no tiene salir de la compañía para ser emprendedor y desarrollar
sus ideas. Para ello también es esencial que cada intraemprendedor/a llegue a
realizar su potencial y se reconozca su aporte.
La estrategia más recomendable para toda entidad es crear un programa de intraemprendimiento. Es una
inversión interna inteligente que aportará soluciones concretas y contribuirá
al crecimiento de su empresa.
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