Contaminación

. viernes, 21 de octubre de 2011

Por Cristina Almirall. ¿Podemos prescindir de nuestros coches para vivir?

Una cosa es cierta, el sistema en la que están construidas nuestras ciudades marcan nuestra manera de funcionar, vivir y movernos.

Hasta ahora entre todos seguimos sin hacer caso al medio ambiente y somos responsables del deterioro del estado de nuestra Tierra. Y ello a pesar de que sepamos que el coche lo daña mucho, además de que perjudica nuestra salud, nos endeuda y no nos deja disfrutar de las ciudades.

Pero como saben, aún así, somos mucha la gente que decidimos coger el coche y movernos con él a pesar que tengamos otras alternativas para llegar a nuestros destinos.

Nos dejamos llevar por nuestra comodidad. Sabemos que los vehículos generan más de la mitad de las emisiones contaminantes. Sin embargo intentamos olvidarnos de esta realidad para nuestra comodidad.

De hecho, actualmente Madrid y Barcelona están en unas situaciones alarmantes de contaminación, pues el skyline tiende a ser marrón, y por ello se las ha requerido para que pongan en marcha medidas de urgencia para reducir los niveles de contaminación.

Podrían seguir a muchas ciudades europeas que ya han tomado medidas de limitación o de restricción del tráfico en sus centros. Pero ésta es una lucha de Titanes, pues la contaminación siempre acaba por volver, y hay que volver a luchar contra el skyline marrón.

En lo que se refiere a las medidas hay varios modelos de funcionamiento: Desde el peaje en Londres, hasta las zonas ambientales de las ciudades alemanas, pasando por la prohibición total de circular de Italia.

Londres puso en marcha el congestion charging en 2003, que supone que los vehículos pagan entre 10 y 14 euros al día para poder circular por el centro. El reconocimiento del vehículo se realiza con unas cámaras situadas en las entradas que leen las matrículas.

Las zonas de bajas emisiones alemanas se basan en clasificar los vehículos por colores y números en función de sus emisiones contaminantes y de señalar zonas, principalmente del centro, a las que no pueden acceder los coches más contaminantes.

Berlín introdujo la zona ambiental en 2008: un área de 88 kilómetros cuadrados en la que determinados vehículos tienen prohibido circular bajo amenaza de sanción de 40 euros. Todas las personas están obligadas a llevar una pegatina identificativa. También los coches de turistas. La capital alemana presume de haber reducido un 20% las emisiones de dióxido de nitrógeno y un 50% las de las partículas que emiten los coches diésel.

En Italia
, desde 2007, cada vez que la contaminación supera durante 12 días seguidos los niveles establecidos por la Unión Europea -50 microgramos de partículas por metro cúbico-, el domingo siguiente no se puede circular.

En Roma ahora la única medida es la restricción del tráfico en 700 hectáreas de las 3.000 que ocupa el centro.

En Bolonia los jueves solo pueden circular la mitad de los vehículos. De esta manera, si es día 2 circulan los pares y si es día 3, los impares.

En París, se avisa a la ciudadanía si se superan los 200 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno en tres estaciones a la vez. Para ello, se utilizan carteles luminosos que recomiendan no utilizar el transporte privado.

En España, Madrid anunció en 2006, como medida de excelencia de su plan de calidad del aire, que establecería una zona de bajas emisiones en la que los coches más sucios no podrían acceder, pero cinco años después no lo ha aplicado. Por otra parte, el sistema público de alquiler de bicicletas, a semejanza de los de París o Barcelona, estaba previsto para el año pasado, pero no se realizó por la crisis.

En Barcelona en 2007 se decidió limitar a 80 kilómetros por hora la velocidad de entrada a la ciudad. Medida que se aplica ahora sólo cuando se vuelven a elevar los niveles de contaminación

Así, es evidente el coche manda nuestros hábitos, y seguimos moviéndonos con él, haciendo caso omiso de la llamada del medioamiente.

Pero claro, para ello, será necesario el esfuerzo de toda la sociedad para dejarlo en un segundo lugar.

Desde aquí propongo algunas medidas que podemos llevar a cabo. Tenga en cuenta que si desarrolla alguna, aunque sea a medias, ya será mucho más de lo que estamos haciendo hasta ahora. Así que invito a todas las personas a animarse.

1.Andar o ir en bicicleta
2.Exigir más carriles bici
3.Utilizar y pedir más transporte público
4.Reclamar ciudades sin coches
5.Reclamar más espacio para peatones
6.Restringir o prohibir zonas en nuestras ciudades
7.Habilitar garajes públicos
8.Demandar medidas para reducir la contaminación
9.Compartir coche y garaje
10.Alquilar coches
11.Utilizar coches o transportes más ecológicos
12.Teletrabajo

En conclusión: Poniendo en marcha alguno de estos modos de transporte más sostenibles en lugar del vehículo privado la ciudadanía puede influir de forma positiva en su salud y bienestar, mejorando además el medio ambiente y la calidad de vida en las ciudades para ayudar vivir a mejor, y asegurar un futuro sostenible para quienes vendrán.

Más información:
http://europa.eu/legislation_summaries/environment/air_pollution/index_es.htm
http://www.idae.es/coches/
http://www.mobilityweek.eu/

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