Por F. Xavier Agulló. Recientemente las universidades andaluzas han desarrollado un modelo común para reportar ante sus grupos de interés. Lo interesante del proyecto no es tanto el modelo en si mismo (uno más) o la cuestión del reporte como tal, sino la posibilidad futura que las universidades puedan comparar sendos indicadores reportados y poder así comparar y mejorar. De hecho tienen previsto un observatorio para la responsabilidad social universitaria.
Proyectos similares se han realizado por ejemplo en España en el sector de las cajas de ahorros (alrededor de la organización que las agrupa y representa, la CECA), los puertos españoles (a través de Puertos del Estado) o las entidades que trabajan para colectivos con discapacidad en Cataluña (alrededor de la organización Coordinadora de Tallers).
Estas iniciativas muestran el interés creciente por el benchmarking intrasectorial. La comparativa intersectorial ya es más difícil, a menos que avance la iniciativa del reporte en formato XBRL de AECA. En cualquier caso parece que se añaden beneficios al hecho de reportar.
Xevi, y no sólo las universidades se están subiendo a este bus de informar sobre la gestión, para proporcionar así mayor transparencia sobre la misma, y a través de ella, generar mayor confianza, sino que las ONGs se enfrentan cada vez más a lo que para este tipo de organizaciones constituye un particular desafío, dadas las grandes carencias que tienen en cuanto a recursos en su gran mayoría.
ResponderEliminarHa quedado de manifiesto en las jornadas celebradas ayer y hoy en Madrid, organizadas por el Observatorio del Tercer Sector y dentro del marco del II encuentro Iberoamericano de Transparencia en el Tercer Sector, que las ONGs están cada vez más acercándose a esta práctica de brindar mayor información a sus stakeholders, no sólo a quienes otorgan las donaciones o subvenciones que reciben, sino a todos las partes interesadas (léase cooperantes, organizaciones contraparte, beneficiarios, colaboradores, organizaciones del sector, etc), enfrentando los dilemas siempre presentes de cómo gestionar la información que se brinda para que ella no sea utilizada en su contra (digamos cese de financiamiento). Ha quedado de manifiesto la importancia de mantener una comunicación fluida con todos los actores en todo momento y la necesidad de, a través de la comunicación, intentar cambiar las relaciones de poder asimétricas.
La mayor transparencia en pos de generar confianza y legitimidad es una realidad que, afortunadamente, está llegando a todos los sectores y tipos de organizaciones.
Carolina