Por F. Xavier Agulló. Por más que se acuñen términos como "diamantes de sangre" u "oro de sangre" seguirá sin existir una trazabilidad real de los productos derivados de dichos minerales.
La presión social que llevó a empresas del sector textilero a "inventar" la RSC para mejorar su reputación, fue reflejo de un creciente interés social en cómo se producían los productos, en general, en el Tercer Mundo o países en desarrollo.
Pero por más que pase el tiempo, oro y diamantes parecen ser sectores inmunes a tales prácticas, y las empresas extractoras o los gobiernos vinculados campan a sus anchas sin escrúpulos. Y eso que, no lo olvidemos, tanto extracción en muchos casos como comercialización van a cargo de empresas o países occidentales. Puntualmente aparecen casos, como el reciente de Zimbabue, con esclavitud y trabajo infantil, pero siempre es más de lo mismo y todo sigue igual.
Si bien en África la extracción corre a cargo de gobiernos corruptos, mafias o guerrillas, en Latinoamérica la extracción corre a cargo en general de empresas, canadienses en su mayoría. Se lleva a extremos de querer derretir un glaciar entero para la extracción del oro que yace debajo (entre Argentina y Chile, con el 'apoyo' de sendos gobiernos).
Respecto a la comercialización, nodos como Holanda son el punto o hub de distribución mundial de dichos productos en bruto. No parece que fuera a ser demasiado difícil el control de la trazabilidad pues todo pasa por el mismo sitio.
Es pues una cuestión de voluntades. Dado que depende de la política, que ya sabemos su inutilidad en cuestión de responsabilidad social y ética, y de quienes consumen dichos productos, en general clase alta que tiene nulo interés en cómo se han producido dichos productos, mientras sectores como el textilero hay sufrido cambios importantes, el oro y los diamantes siguen colgando de cuellos o muñecas de lujo mientras el cuero flajela las espaldas de quienes extraen los minerales o acosa al medio ambiente.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que oro y diamantes sigan impunes a la responsabilidad social y al consumo responsable?
"En mayo de 2000, los países productores de diamantes del sudeste de África se reunieron en la ciudad de Kimberley, en Sudáfrica, para encontrar una forma de cohibir el comercio de esos diamantes que financiaban las guerras y generaban millones de desplazados y mutilados. Otro objetivo era garantizar a los consumidores que las piedras que compraban no contribuian para alimentar guerras y violaciones de derechos humanos en la región.
ResponderEliminarEl mismo año, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución apoyando la creación de un esquema de certificación internacional para diamantes brutos. Dos años después, se creó el Proceso Kimberley de Certificación, que impone condiciones restrictas a todos os países participantes para evitar que os diamantes de guerra entren en el mercado legal.
De acuerdo con el esquema, los participantes tienen que implementar controles nacionales sobre la producción y el comercio de las piedras. Para convertirse en participante, el país o región tiene que cumplir los requerimientos mínimos del Proceso Kimberley, convirtiéndose en elegibles para comercializar los diamantes brutos."
Me pregunto cuanto de hipocresía hay en todo esto.
Otro tema es la publicidad usada para las joyas con diamantes que comentamos en mi blog de sexismo publicitario...manos de hombres enseñando una joya a las piernas cruzadas de una mujer y que se abren al ver la joya....el slogan es "el primer control remoto"...
en fin...un abrazo
Tere Marin