Por Juanjo Martí. La generación que ahora está entre los 30 y 35 creció en los años ochenta viendo en televisión multitud de programas, entre ellos varios sobre el medioambiente que de una forma u otra nos marcaron. Puede parecer que pesaron más las series de "corrupción en miami" lleno de yates de lujo, gente bien arreglada, mafiosos, y así otras de esa época; pero quién no recuerda los reportajes de Jacques Cousteau sobre el mar, esa es una de las más importantes influencias que tal vez de forma inconsciente nos han marcado.
Puede parecer que pesan más los modelos capitalistas pro-consumo, aunque nos encontremos en una generación consumidora compulsiva en su gran mayoría, hemos recibido "el otro legado mediático" sobre los mares en peligro, las especies amenazadas y los parajes devastados. Tal vez el efecto que ello tenga sea lento y de menor envergadura que el mero afán de poseer, tal vez también queramos un barco, vestir de blanco y tomar martinis en Miami, pero seguro que si nos paramos a pensar, también querremos ver un medio ambiente como aquel que entraba en nuestras casas a través de la caja tonta.
Comprar es una fácil conducta impulsiva, preservar implica una acción reflexiva pero tenemos en el recuerdo energía para que pueda ser.
Yo añadiría todavía otro input a esta nuestra generación, Félix Rodríguez de la Fuente, éste por tierra, el otro por mar. Pero la memoria es frágil, aunque digan que queda todo en nuestro subconsciente. Ojalá algo active estos recuerdos en pro de un consumo y un comportamiento socialmente más responsable. Porqué no olvidemos que si crecimos con estos insumos mediáticos, también nuestra generación progenitora era consumidora de estos documentales, y es ella la que ahora hace y deshace en este mundo... ¿le sirvió a ella? ¿le servirá a la nuestra?
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