Por F. Xavier Agulló. El lobbying o incidencia política es para algunas ONGD una prioridad. Eso no es necesariamente equivalente a activismo. Organizaciones como Greenpeace o Amnistía Internacional no tienen como objetivo precisamente el ganarse amistades entre el mundo político, al contrario, su compromiso es el denunciar, a menudo de forma grotesca y llamativa. Y seguramente es por ello que quienes colaboran con dichas ONG lo hacen.
En otros casos hemos visto nacer nuevas formas de activismo, como el activismo accionarial practicado por Setem-Ropa Limpia o Intermón en un par de ocasiones. Excelentes ejemplos por los cuáles seguramente también quienes apoyan a estas ONG lo hacen por estos motivos.
Otro ámbito de actuación alternativo es la intervención en proyectos de desarrollo. Para estas ONGD el objetivo es, simple y llanamente, el actuar para mejorar las condiciones de vida de las comunidades beneficiadas. Para organizaciones como Vicente Ferrer o la antigua Intervida son su día a día, y su prioridad. Y seguramente para esto, y sólo para esto son elegidas por quienes les apoyan.
El activismo pues no tiene como objetivo el generar simpatías o influir sobre decisiones políticas necesariamente. Tampoco lógicamente la intervención en proyectos.
En cambio, el lobbying o incidencia política sí tiene por objetivo el condicionar decisiones políticas. Esta tercera "forma de actuar" posible de una ONGD tiene sus virtudes, pero también sus vicios. Organizaciones como Intermón han optado desde siempre por esta opción. Entre sus vicios están el que no siempre quienes apoyan estas organizaciones saben a ciencia cierta qué es lo que éstas hacen o persiguen, pues es algo menos visible y transparente.
Es indudable que el lobbying político condiciona decisiones políticas, pero también es cierto que genera servitudes, acaba ineludiblemente generando la vinculación de las ONGD con determinadas opciones políticas, y deben por ello pagar ciertos peajes.
Podemos leer en la última revista de la Intervida ocupada (o 'nueva' como gustan llamar otras gentes) como Miquel Casares, el responsable de Relaciones Institucionales, asegura que "a través de la incidencia política podemos actuar en el Norte para mejorar las condiciones de vida en los países del Sur".
Lo que debemos preguntarnos es si quienes apoyaron con sus apadrinamientos a esta organización lo hicieron para que esta ONGD jugara a la política o bien para que interviniera en comunidades en las que reside la infancia apadrinada. En esta misma revista se afirma que la 'incidencia política' es una de las nuevas líneas estratégicas de la entidad.
Más allá de que pueda servir para ciertas ONGD, no sé si aporta algo al histórico y realidad de Intervida, pues esto no introduce más que sombras a lo que ha sido la intervención judicial de la entidad. Alguien podría preguntarse: ¿ha sido la entidad intervenida por motivos objetivos o bien por 'incidencia política'?
Sea como sea, activismo, intervención en proyectos o lobbying son tres opciones para las ONGD, pero quienes apoyan a cada ONGD como personas socias o padrinas las eligen precisamente por el camino que hayan elegido entre los dos o tres expuestos. Es peligroso el cambiar de repente de estrategia, y genera dudas entre quienes las apoyan.
Activismo e intervención son dos formas claras y legítimas de actuar, pero el lobbying es peligroso y poco transparente.
¿Deben las ONG hacer lobbying?
Enviado por
F. Xavier Agulló
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sábado, 27 de septiembre de 2008
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9 Comentarios:
Son muchisimas personas las que en este sector opinarán que Sí, que deben hacer lobbying, y si para alcanzar sus planes está utilizar o destruir lo hacen como ha ocurrido con Intervida.
Las personas con doble moral pervierten todo lo que tocan, a esas personas las podemos encontrar en muchos sectores y el caso Intervida descubre un sector con personas de doble moral surgido del fundamentalismo y la intolerancia. Pensar con estrechez y rigidez es muy peligroso, ciega a las personas las vuelve insensibles y les empuja a actuar sin medir las verdaderas consecuencias de todo ello. Seguramente se justificaran a si mismos como los poseedores de la verdad, que su plan ideológico y político es el mejor, el único, y que están en el camino correcto. Pero que no se engañen, hacer daño a los demás no tiene justificación, la violencia no tiene nunca justificación para los seres humanos; y lo que se ha hecho contra la antigua Intervida es un acto de violencia contra una ong , sus trabajadores y fundadores, sin precedentes en el mundo. Esta situación ha sido posible porque "los interesados" en el plan inquisidor y plan destructor, que no son pocos, tienen amigos en todas partes (lobbying made in spain). Muchos de ellos son inconscientes de lo que han hecho pero los que conscientemente han provocado daño, destrucción y sufrimiento que no tengan la menor duda de que algún día sus nombres saldrán a la luz y su doble moral será motivo de reflexión y espero que de transformación sobretodo para el sector de las ONGD.
Agulló, no puede entenderse la defensa que haces de los antiguos gestores de Intervida si no es desde algún tipo de interés. Cuando terminen en la cárcel, ¿Qué vas a decir? ¿Aún no sabes nada de los chanchullos, compra de pisos en subasta para venderlos a Intervida acto seguid con grandes beneficios?¿ De sus inversiones en negocios inmobiliarios con dinero de los padrinos? Por cierto, negocios ruinosos. ¿No sabes de los miles de euros que gastaron en detectives? Por favor, infórmate.
Que pesaditos estos anonimos con los supuestos intereses del Señor Agullo, yo y muchas personas vemos que si el defiende algo es la presunción de inocencia, un derecho fundamental, y por lo visto usted no sabe o no quiere respetar. Y al detective en mi opinión tendrían que haberlo contratado hace muchos años seguro que ahora otro gallo cantaría.
En mi opinión el post es muy interesante y me gustaría que más personas del sector dieran su opinión. Yo opino que las ong no deben hacer lobbiyng.
Es muy difícil centrar el debate en el modelo de cooperación del tercer sector cuando media el fanatismo y el integrismo, que no admite discrepancia, libertad de expresión y, lo que es peor, presunción de inocencia, toman el relevo a la reflexión saludable.
Cuando nació la propuesta de dedicar el 0,7% del PIB de los países a cooperación para el desarrollo, en los años 70 del pasado siglo, de algún modo se vislumbró también la eclosión del tercer sector como intento de solución de los problemas del mundo. Nada tendría de malo si no fuera porqué ahora ese 0,7% no serviría de nada. La cifra actual se acerca al 3%. ¿Qué ha pasado durante todo este tiempo con este tan defendido modelo de contrapartes? ¿Ha servido para algo? El mundo está mucho peor.
El modelo de cooperación actual no sirve para nada más que para saciar el sentimiento de culpa de quienes tienen mucho. O para limpiar la imagen de gobiernos que poco interés tienen en la cooperación al desarrollo probono, es decir, sin intereses políticos. Hacer lobbying sólo profundiza en este vacío.
La cooperación al desarrollo seguirá sin servir para nada hasta que no se debata, sin integrismos, sobre el modelo.
Otra propuesta: ¿de qué sirve que una ONGD actúe en 20, 30 o 40 países? Sólo dispersa recursos, crea una cortina de humo que quieren que la opinión pública se trague. Pero sobretodo hace que los gobiernos que las apoyan queden inmaculados.
El lobbying es peligroso. La multiplicidad de proyectos más aún. El cortoplacismo todavía más.
Porqué cualquiera que haya viajado a países del tercer mundo sabe que hay muchos proyectos que simplemente, no existen o no son lo que se vende, es por ello que desde las ONGD no se permite visitarlos más que por sorteo anual a tres personas, y siempre a un proyecto 'controlado'.
Mientras tanto, sigamos pues intentando hacer callar a quienes quieren un nuevo modelo, acusándoles de intereses particulares. Sigamos dando cancha a los proyectos fantasma.
Para los que han salido un poco de la piel de toro el lobbying es algo normal. No es una actividad aislada ni tiene nada que ver con oscuros intereses. Se trata únicamente de generar sinergias entre organizaciones con intereses comunes.
En Estados Unidos, hay gente que se dedica exclusivamente al lobbying, ya sea en temas de Ongs, empresas o asociaciones deportivas. Y ello no les hace sospechosos de estar tejiendo una trama para gobernar el mundo.
En realidad, aunque no utilicemos el mismo término, todos hacemos lobbying, desde las Ongs que pertenecen a una coordinadora, empresas que forman parte de una cámara de comercio o los padres de una asociación en el colegio de sus hijos.
En referencia a Intervida, si algo no supo hacer esa Ong, entre otras cosas, fue precisamente lobbying, que no se refiere a comprar a nadie pero si tener relaciones con otras Ongs y grupos de opinión. Permitieron que a pesar de ser la Ong más grande de España su opinión no fuera relevante en ningún foro, sus posiciones inexsistentes y sus responsables personas sin conocimiento para representar la organización con un mínimo de credibilidad.
La opción de concentrar los mayores esfuerzos en lobbie e incidencia política es una opción tan válida como la de concentrar las energías en los proyectos de desarrollo. Casi todas las organizaciones hacen una cosa y la otra, por lo que se trata más bien de una cuestión de reparto de esfuerzos lo que diferencia a unas de otras. Todo el mundo sabe que Amnistía Internacional o Greenpeace son ong claramente volcadas en la incidencia política, por lo que quienes se hacen socios vienen a apoyar esa labor. Otra cosa es cuando en las campañas de una ong de desarrollo se habla de comprar cabras o aperos de labranza, de proveer educación a los niños o atender las necesidades de salud, con objeto de captar fondos para estos fines y este no es el objetivo principal de la ong, pues ahí se está entrando en lo que se conoce como publicidad engañosa. ¿Qué pensarían los socios de una conocida ong si supieran que menos de la mitad del dinero por ellos donado es enviado a los países pobres para cumplir esos objetivos? Posiblemente, se sentirían estafados. Seguramente entenderían que su ong haga incidencia política, pero no hasta el extremo de que menos de la mitad del dinero donado llegue a los destinatarios para los cuáles fue captado. Sin embargo, esto está sucediendo en una de las más prestigiosas ong de nuestro país. Claro que las campañas de educación para el desarrollo e incidencia política generan unos enormes réditos en prestigio para las ong que las promueven. Por lo que el fin de incidencia política se ha convertido en un medio también para ganar prestigio y visibilidad. Porque, digo yo ¿no sería más lógico que estas campañas las hiciera la Coordinadora de ONGD en nombre de todo el sector? Las grandes ong podrían aportar fondos para ello, y podrían seguir concentrándose en lo que debería seguir siendo su labor principal : los proyectos de desarrollo en países pobres. Pero, claro, nadie va a ir allí a ver si lo hacen mejor o peor, por lo que esto exige mucho esfuerzo y da escasos réditos en prestigio y liderazgo social a la ong que tome esta opción. En cambio, denunciar situaciones es mucho más sencillo y coloca a las ong que lo hacen en un pedestal. Un pedestal que les permite estar subidos en el púlpito, pero es el púlpito de la doble moral.
Me parece muy fuerte que los de Intervida compraran pisos de subasta para revenderlos con beneficio para ellos, como afirma un anónimo en este blog. Ya era hora de que alguien diera algún dato concreto sobre este asunto tan enmarañado. Por lo que yo le pregunto ¿es otra suposición o hay algún dato concreto? Por lo que dices, entiendo que estás bien informado, por lo que supongo tendrás datos de alguno de esos pisos y nos los podrías facilitar. Solo con ésto ya se comenzarían a poner las cosas en su sitio.
Pues mira, un solo dato. El piso de lujo donde vivía el Sr. Castelló, en la calle Carles III de Barcelona. Lo había comprado él mismo en subasta y lo vendió a Intervida a través de sociedades controladas por su mujer y otros testaferros, para acto seguido instalarse a vivir allí con toda la familia. Después hizo obras de lujo, entre otras cubrir una immensa terraza. Eso no es nada, es un pequeño detalle en el tremendo entramado que han montado los Castellón, Puertas, etc.
El dato que apunta el anónimo 30/09/08 18:58 es arriesgado bajo mi punto de vista, aunque tomo nota para tenerlo en cuenta en la evaluación del caso que vengo haciendo. Ahora bien, me recuerda al dato de que Puertas cobraba tres sueldos de 3000 USD de asociaciones para las que 'no trabajaba', pero dicha noticia como siempre manipulada de El País no decía que eran asociaciones vinculadas con Fundación Intervida o sus fundadores. Y un sueldo global de 9000 USD (unos 6000 €) me parece incluso ridículo, cuando en el tercer sector son habituales sueldos que superan los 20 o 30.000 € mensuales. En fin, todo ello teniendo en cuenta que los propios administradores han admitido que no hay irregularidad contable alguna, ese dato se me antoja fuera de contexto y seguro debe tener alguna explicación que los mismos administradores deben conocer perfectamente. En fin, dejemos como siempre que sea el juzgado quien haga sus valoraciones y respetemos la presunción de inocencia.
Respecto al anónimo 28/09/08 16:07 decir que cuando se habla de lobbying hacemos referencia al ámbito político. Es evidente en cualquier caso que Intervida no supo 'relacionarse' adecuadamente con el resto del tercer sector, pero también lo es que el resto del tercer sector no tuvo interés alguno e incluso obró en su contra. En fin, que no sólo es querer, también es que quieran.
Y sea como sea, lobbying repito que no es hacerlo con el resto del sector, sino ante entes públicos, en USA, en Europa y la conchinchina. Y ahí también Intervida obvió la necesidad de hacerlo a la vista de los resultados. Es evidente que al igual que la principal ONG competidora, la CONGDE, Lealtad, etc. tienen 'buenas relaciones' con uno de los partidos políticos grandes, si Intervida hubiera tenido 'buenas relaciones' con el otro partido en vez de ser 'apolítica', seguro, pero seguro, que no habría pasado nada de nada. Una noticia en El País hubiera sido 'compensada' con otra en El Mundo, ABC o cualquier otro medio al servicio del otro bloque, y ahí se hubiera terminado todo, enterradito y hasta la vista.
En fin, no quisiera centrar este posteo demasiado en el caso Intervida a pesar de que todos los comentarios hacen referencia a él. Mi interés es esencialmente el abrir un debate sobre el modelo de cooperación del tercer sector. Sigo pensando que es peligroso hacer lobbying, y más aún partidista, e igual sí estaría de acuerdo en que dicha función debería hacerla la Coordinadora de ONGD, y no tanto ONG's en particular y a título individual.
Greenpeace o Amnistía Internacional hacen activismo protesta, eso no necesariamente es lobbying o incidencia política. Creo que tiene matices diferenciales, aunque ciertamente podrían confluir bajo determinadas circunstancias. Pero activismo protesta es hacerlo abiertamente, lobbying es hacerlo medio a escondidas, lo cuál no me resulta transparente ni una función de una ONGD, y menos cuando es partidista. Otra cosa sería hacerlo ante gobiernos de cualquier color, pero mejor bajo la bandera de la Coordinador, ¿o qué les parece?
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