Por F. Xavier Agulló. Reflexionaba hace unos días sobre el último libro de Loretta Napoleoni, La economía canalla, analizando el paso Del Estado-nación al Estado-mercado.
Son varios los conceptos que vierte Napoleoni en su libro, metáforas para acercarnos a una mejor comprensión de la realidad que nos intenta mostrar. Pero aunque simple, pocas tan explícitas como el vivir en matrix. Desde el consumo socialmente responsable nos preocupamos de motivar a la gente a ser crítica con lo que compra y consume, a mirarse las etiquetas, a preguntarse como está hecho el producto, sobre lo que hay detrás de una inocente presencia en la estantería del supermercado.
Escribía 'simple' porque sacado de contexto, sacado de esta pecera de colores en blanco y negro que es el libro, puede verse la metáfora como un concepto trivial. En absoluto. La gran cantidad de ejemplos, detalles, casos e interpretaciones nos acercan de una forma vertiginosa a la realidad de vivir en matrix, de realmente no saber nada de lo que nos rodea. Todo lo que nos parece cierto no lo es. Lo que nos cuentan en los medios, tampoco lo es. Interesa a mucha gente, a la economía canalla existe porqué nos creemos lo que nos rodea. Y la alimentamos con cada acto de compra o consumo que ejercemos.
La ley del péndulo funciona a nivel social y económico como en física. Al liberalismo del s. XIX y principios del XX le siguió un período de tribalismo, de retorno a lo más cercano y controlable. La aparición del comunismo, el fascimo, el capitalismo pseudemocrático y tantos otros 'ismos' compartimentaron el mundo global que quería imponerse.
La caída del muro de Berlín, muy a diferencia de lo que nos podíamos esperar, desató una caja de pandora que nos ha llevado a matrix. Rompió un equilibrio que ha desembocado en una loca carrera de quién roba más a costa del resto. La clase media que se había ido forjando en EEUU y Europa a lo largo del s. XX, ha ido perdiendo su papel motor en la nueva economía, ha ido perdiendo poder adquisitivo debido a la economía canalla.
Como a principios del s. XX, en esta locura que estamos viviendo bajo la bandera de la 'globalización', se tenderá de nuevo hacia un tribalismo, hacia una nueva estanqueidad, al menos en lo conceptual. Querremos recuperar el control de lo que sucede a nuestro alrededor, y para ello recurriremos a nuestas esencias y valores para controlar el caballo desbocado. Aunque para ello, sea preciso que cambie el eje de rotación económico del mundo, porqué el paso del Estado-nación al Estado-mercado parece imparable...
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