Por Juanjo Martí. Si entendemos que la identidad implica una diferenciación de las otras, generar unos valores y principios que se suponen contrapuestos; nos encontramos con una sociedad perseguida y perseguidora. Si una empresa quisiera controlar el mercado intentando con ello arruinar y someter a las demás empresas del sector, se le supondrían prácticas monopolistas; aplicando esa práctica a una sociedad cuyo producto sea una cultura, que intenta expandirse a costa de que las demás culturas sean supeditadas a ella… ¿qué tenemos?
Para el caso de empresas puede ser que un empobrecimiento del producto en mercado ante la ausencia de complementar productos, la menor necesidad innovar para mejorar y disminución de la calidad en algunos casos; en cuestiones culturales la ausencia de otras culturas supone una pérdida de riqueza social, lo cual genera un empobrecimiento evolutivo. Cada lengua con sus matices es un constructo bajo del cual, en cada palabra se halla la semilla de un sentido, una imagen o idea, cuya variedad nos da el producto de manifestaciones musicales, artísticas, culturales… y cuyo mayor valor es el continuo intercambio. El Manifiesto por una lengua común, me hace reflexionar, sobre la gran pérdida que se infringe a las personas a las que no se enseña otro idioma, otra forma de ver la vida y unos recuerdos que van ligados a un medio ambiente. Siento que si fuera Bill Gates, hubiera deseado en mi interior que Mac siempre existiera para avanzar; complementar, innovar y mejorar. Siento que las culturas avanzan porque se complementan y se redefinen. Estimada clase intelectual, celebre su cultura con la nuestra, tomemos una copa de vino en virtud del avance de los pueblos; y sin miedo, sólo se gana.
Para el caso de empresas puede ser que un empobrecimiento del producto en mercado ante la ausencia de complementar productos, la menor necesidad innovar para mejorar y disminución de la calidad en algunos casos; en cuestiones culturales la ausencia de otras culturas supone una pérdida de riqueza social, lo cual genera un empobrecimiento evolutivo. Cada lengua con sus matices es un constructo bajo del cual, en cada palabra se halla la semilla de un sentido, una imagen o idea, cuya variedad nos da el producto de manifestaciones musicales, artísticas, culturales… y cuyo mayor valor es el continuo intercambio. El Manifiesto por una lengua común, me hace reflexionar, sobre la gran pérdida que se infringe a las personas a las que no se enseña otro idioma, otra forma de ver la vida y unos recuerdos que van ligados a un medio ambiente. Siento que si fuera Bill Gates, hubiera deseado en mi interior que Mac siempre existiera para avanzar; complementar, innovar y mejorar. Siento que las culturas avanzan porque se complementan y se redefinen. Estimada clase intelectual, celebre su cultura con la nuestra, tomemos una copa de vino en virtud del avance de los pueblos; y sin miedo, sólo se gana.
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