Por Daniela Toro. Pareciera lógico pensar que el primer paso que deben dar aquellas organizaciones que han optado por un enfoque ético de su gestión sea diseñar una estrategia de responsabilidad social que esté imbricada dentro de la estrategia global tal y como lo explican en profundidad los autores Husted y Allen . Esta estrategia social tendría que estar reflejada en el sistema integral de mando de la empresa y por tanto tener unos objetivos asociados. Una vez dado este primer paso lo siguiente sería pasar a definir en qué proyectos y acciones tendría más sentido involucrarse en función del tipo de actividad de la empresa, de sus recursos, de sus competencias, de las oportunidades, del entorno y de su capacidad de realizar alianzas con otros partners. Para ello también vendría bien realizar un mapa de los grupos de interés, si es que no se tiene aun, o revisarlo pero ahora a través del prisma de la RSC para detectar el tipo de relación que se mantiene con cada uno y qué debe ser mejorado o potenciado para establecer relaciones basadas en la ética.
Una vez superada esta primera etapa de diseño y puesta en marcha los proyectos seleccionados la siguiente etapa sería evaluar los resultados obtenidos. Esto de acuerdo a indicadores previamente definidos que permitan contrastarlos con los objetivos. De esta lectura se obtendría la información necesaria para saber si los proyectos van según lo fijado, si es necesario dedicarles más recursos, formar al personal implicado en nuevas competencias, etc. En líneas generales, saber si las metas fijadas están siendo alcanzadas o si por el contrario es necesario redefinirlas.
Luego, la lógica nuevamente nos dice que ha llegado el momento que la empresa plasme por escrito todo este análisis para darlo a conocer tanto internamente como externamente a todas sus partes interesadas. Este documento no sería más que la memoria de sostenibilidad.
Pero, ¿cuántas empresas lo hacen de esta manera rigurosa, disciplinada y lógica?
Algunas desde luego que sí. Pero, ¿lo hacen la mayoría? Yo no lo creo. No tengo números y no sé si existe una investigación al respecto. Desde luego sería un bonito tema para un proyecto de final de carrera o para una tesis doctoral. Pero si tengo olfato y varios años en el sector para saber que muchas empresas van haciendo camino al andar y que antes de que la RSC comenzase a ser un tema del que se hablase en foros de empresas, en los medios de comunicación, en las escuelas de negocio y hasta en las charlas informales a la hora del café ya muchas empresas hacían cosas. Tal vez no llevaban ese nombre, tal vez no seguían ninguna política y eran acciones aisladas, pero aun así formaban parte de la cultura de la organización y creaban valor internamente a su personal y personas colaboradoras.
Es así como cada vez llegan a mis oidos más experiencias de empresas que han comenzado por el huevo, o ¿era la gallina? Es decir, han comenzado por la memoria para a través de su elaboración poder recopilar, ordenar y contar todas aquellas acciones aisladas que venían haciéndose y comenzar a darle sentido bajo el paraguas de la RSC. ¿Es esto malo? No necesariamente si se enfoca como eso, un ejercicio de centralización que ayude a las organizaciones a hacer inventario. Esto es aun más necesario si la organización tiene diferentes sedes y en todas o algunas de ellas se han realizado experiencias aisladas. Pero incluso este inventario debe seguir un orden lógico, y que manía con la lógica, pero es que si no se sigue un mapa mental, una estructura que dé sentido es fácil perder el rumbo y alejarse del objetivo último.
La memoria de sostenibilidad es de por si un documento que realiza un corte y expone lo que la empresa ha logrado en determinado tiempo, los compromisos que ha adquirido, los objetivos que se ha fijado, las acciones que ha desarrollado y los impactos que esas acciones han tenido en los diferentes públicos involucrados y afectados. La memoria permite organizar la información y darle sentido en función de aquello que la empresa ha decidido desarrollar como parte de su proyecto ético y social. Es por ello que si bien en un primer momento este documento puede servir a empresas primerizas (en materia de RSC) como ejercicio de recopilación lo ideal es que seguido a este primer paso le siga una reflexión profunda sobre a dónde quiere ir la organización y cuál será a partir de ahora su estrategia y sus objetivos. En conclusión, que no importa si lo primero fue el huevo o la gallina sino conocer todo lo que la empresa ha logrado y darle coherencia bajo un discurso único que se plasme en acciones diseñadas previamente y en la evaluación y comunicación de manera transparente de las mismas.
¿Qué fue primero el huevo o la gallina? ¿La RSC o la memoria de sostenibilidad?
Enviado por
Daniela Toro
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miércoles, 16 de enero de 2008
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2 Comentarios:
Fantástico Daniela, a base de formular preguntas se hace pedagogía; y una y otra se realimentan.
Yo creo que el proceso a tener en cuenta en las memorias, es la promoción en la participación de los propios empleados.
Las memorias las realiza un departamento, en las pymes el propietario o gerente, pero el trabajador suele quedar al margen del proceso (por motivos prácticos que harían inviable un documento que fuera resultado de miles de foros con trabajadores). Creo que una vez elaboradas las memorias si que hay que acercar a los trabajadores el documento y razonar con ellos el proceso que se ha seguido.
La memoria puede surgir de la práctica o de la práctica la memoria, lo importante es el proceso reflexivo que desencadena.
Hola Juanjo, me ha parecido muy acertado tu comentario. Y es que mencionas un punto clave que yo pasé por alto y que es el proceso de retroalimentación que sigue a la elaboración de la memoria y que sirve para evaluar todo el proceso y reajustar objetivos.
Como bien dices, no es operativo involucrar a todos los grupos de interés, pero sí que una vez finalizado el proceso es una buena oportunidad para escucharles y pedirles su opinión para ajustarlo a sus expectativas.
Por cierto, el proyecto que ha iniciado el GRI este año va por esta línea. Las empresas seleccionados podrán obtener feedback de un sin fin de diferentes grupos, empleados, proveedores, competencia, clientes y en general de cualquiera que se haya tomado el tiempo de leer y evaluar la memoria. Esto es algo que desde las organizaciones se agradece mucho.
Un saludo y hasta la próxima,
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