Por Anaiz Quevedo. Con esta pregunta el dominicano Juan Luis Guerra nos enfrentó hace casi 10 años al drama que se vive en los hospitales públicos de América Latina.
En el 2007, pese a que se han realizado esfuerzos por construir más centros de salud y dotarlos en América y el Caribe, la realidad es que aún hay tela que cortar en esta materia.
En Venezuela por ejemplo si bien es cierto que el Estado desplegó la llamada "Misión Barrio Adentro" con la que se llevó atención ambulatoria y primaria a los sitios de difícil acceso y más pobres, también es una realidad que los grandes centros de salud donde los pacientes deben ser atendidos para emergencias mayores no están dotados como debería ser y ello se repite en varios puntos del continente, donde la población ha crecido en relación no proporcional con los servicios de atención médica.
A fines de noviembre me conmovió el caso de Willian Blanco, de 44 años, quien con quemaduras de segundo y tercer grado (por incendio en su humilde vivienda) fue llevado por un grupo de voluntarios de Protección Civil a no menos de 6 hospitales de Caracas. Tuvo que esperar una noche en su casa y utilizar todos sus ruegos para ingresar a uno de ellos. En los hospitales donde fue llevado no habían camas disponibles , en otros no había espacio para su hospitalización y el resto o estaban en remodelación o el personal de huelga.
"Lloré de impotencia al ver que en ninguna parte lo atendían. Nuestra familia es humilde, no tenemos dinero para ingresarlo en una clínica y pensé que se nos podía morir en la ambulancia", dijo en ese momento uno de sus familiares. Este es un testimonio de los tantos que usted puede escuchar en los barrios de una América bella que se merece un mejor trato.
Los centros privados muchas veces tampoco se dan abasto. Y aunque por lo general la atención en ellos es óptima al menos en Caracas, también existen los "mercantilistas" con políticas de "primero pague, verifique su seguro o sino espere así su caso sea la emergencia de las emergencias).
Recuerdo una vez con bronquitis crónica, me dirigí a una clínica privada que cubre mi seguro médico. Necesitaba oxigeno, pero aún así me dejaron esperando porque "los teléfonos para comunicarse con mi seguro estaban ocupados". Estuve en la sala de espera (que para colmo estaba como a 5 grados bajo cero) pasándola muy mal. Mejoré al ser tratada pero empeoré al instante porque había que reportar al seguro el monto de lo que costó mi "hospitalización" y para asegurarse, adivinen qué? me dejaron en la sala de espera a 5 grados bajo cero. (Al cabo de unas cuantas horas me fui molesta antes de que verificaran el seguro ese pensando que tal vez hubiese sido preferible no haber salido de mi casa )
En un hospital público hace muchos años me tocó ver algo peor. Hacía mi cola para un chequeo, pero la taquilla donde te daban los números para abrir las historias médicas estaba cerrada. En la fila había una joven con su bebé en brazos prendido en fiebre. Entré al centro de salud para buscar a un médico de guardia, pero la que había me dijo: "deben llenar primero su historia médica".. ¡Pero si la taquilla está cerrada y hay un bebé allá afuera con mucha fiebre!!, le dije. "deben esperar que abra",contestó. Con impotencia fui a tocar la taquilla y para mi sorpresa la mujer que la atendía estaba dormida.
En nuestros países es común ver a los médicos en huelga, porque para ellos(as) laborar en condiciones infrahumanas obviamente no es fácil. Hay mucho de ineficiencia gubernamental, falta de supervisión,mucho de corrupción en todos los niveles, falta de valores y de respeto a la vida.
Y aunque como sostengo ha habido esfuerzos por mejorar, se repiten casos como el de William Blanco y los llamados "ruleteos" (te llevan de centro en centro y en ninguno te pueden atender).
Entretanto nos llevamos la mano a la cabeza y nos preguntamos lo que Juan Luis ¿Por qué es tan duro pasar el Niágara en bicicleta?
El Niágara en bicicleta
Me dio una sirimba , un domingo en la mañana, cuando menos lo pensaba.
Caí redondo, como una guanábana, sobre la alcantarilla.
¿Será la presión o me ha subido la bilirrubina.?
Y me entró la calentura y me fui poniendo blanco como bola de naftalina.
Me llevaron a un hospital de gente (supuestamente).
En la Emergencia, el recepcionista escuchaba la lotería
"¡Alguien se apiade de mí!", grité perdiendo el sentido,
y una enfermera se acercó a mi oreja y me dijo: "Tranquilo, Bobby, tranquilo".
Me acarició con sus manos de Ben-Gay y me dijo: "¿Qué le pasa, atleta?"
y le conté con lujo de detalles lo que me había sucedido.
"Hay que chequearte la presión pero la sala está ocupada y, mi querido,
en este hospital no hay luz para un electrocardiograma."
Abrí los ojos como luna llena y me agarré la cabeza,
porque es muy duro pasar el Niágara en bicicleta.
No me digan que los médicos se fueron.
No me digan que no tienen anestesia.
No me digan que el alcohol se lo bebieron
y que el hilo de coser fue bordado en un mantel.
No me digan que las pinzas se perdieron,
que el estetoscopio está de fiesta,
que los rayos X se fundieron,
y que el suero ya se usó para endulzar el café.
Me apoyé en sus hombros como un cojo a su muleta
y le dije: "¿Qué hago, princesa?".
y en un papel de receta me escribió muy dulcemente:
"Lo siento, atleta".
Me acarició con sus manos de Ben-Gay y siguió su destino.
Y oí claramente cuando dijo a otro paciente: "Tranquilo, Bobby, tranquilo".
Bajé los ojos a media asta y me agarré la cabeza
Por qué es muy duro pasar el Niágara en bicicleta.
No me digan que me falta aliento que me falta amor,
…No me digan que las aspirinas cambian de color
…
*Sirimba: desmayo
Ben-Gay: la marca de fábrica de una pomada medicinal. Se utiliza, entre otras cosas, para aliviar dolores musculares.
Guanábana: fruta tropical, con abundante pulpa.
¿Por qué es tan duro pasar el Niágara en bicicleta?
Enviado por
F. Xavier Agulló
.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Entradas anteriores
-
▼
2007
-
▼
diciembre
- "Ormetá" en el Tercer Sector
- Manifiesto por la diversidad familiar
- Ser responsable con uno/a mismo/a
- La responsabilidad social de escribir en un blog
- Lo que nos queda de la Navidad
- Agotamiento Laboral
- ¿Podemos perdonar a las empresas que han obrado ma...
- Más mujeres (V): pero... ¿cómo conseguir una igual...
- El panorama de las entidades pro RSC en España
- Parte del mundo islámico "cambia" el escudo del Barça
- La generación de conflictos en paraisos mineros. Q...
- Los 10 terribles
- ¿Por qué es tan duro pasar el Niágara en bicicleta?
- La prensa, como la Biblia, hay que interpretarla
- ¿Para qué sirven las Memorias de Sostenibilidad?
- Cláusulas sociales en la compra pública: motor de ...
- Como se esconde la responsabilidad social y la com...
- Estudios sobre Pacto Global y Reporte Social
- Olimpiadas de Beijing ¿ serán los juegos "más verd...
- Lenguaje no sexista: "¡Vaya tontería!"
- Emisiones de CO2 de las marcas de autos
- La Gran Evasión, un concurso en salir el primero d...
-
▼
diciembre
1 Comentarios:
Este nuevo aporte de Anaiz sobre el derecho a la salud, coloca en evidencia una realidad dramática en nuestro país, que afecta por cierto tanto a personas con recursos económicos que pueden asistir a centros privados de salud, como a quienes necesariamente deben recurrir a los centros públicos. Como muestra de lo anterior, refiero lo siguiente:
Hace pocos meses falleció el nieto, de alrededor de 20 años de edad, de un matrimonio muy querido por nosotros. ¿La causa? Dengue, en una variante bastante agresiva.
El joven presentaba unos síntomas que no hacían presumir, de manera alguna, que se trataba de tal enfermedad. De hecho, llevaba su vida normal, hasta que se le presentó una crisis, lo llevaron a una clínica privada, pero sin tiempo para salvarlo. A las pocas horas había fallecido.
Pocos días después, a través de la prensa conocimos de un caso del hijo de una enfermera, quien igualmente falleció de dengue. La enfermera denunció su caso a los medios de comunicación, pues su hijo no fue atendido debidamente en su criterio, en parte por las limitaciones de recursos al tratarse de un centro público de salud. La paradoja, es que la enfermera llevaba muchos años de servicio en ese centro de salud.
En la misma prensa, se ha destacado algo increible: desde el pasado mes de julio el ministerio del área de salud ha paralizado la publicación de los boletines epidemiológicos. Este hecho ha sido reflejado en el novísimo informe sobre la situación de los derechos humanos en nuestro país, por la prestigiosa institución de DDHH PROVEA:
"Sobre la prevención y promoción en salud, preocupa que el sistema de registro y difusión de información sobre salud siga siendo tan deficitario, sin poder acceder -en muchos casos- a información veraz y actualizada. Por ejemplo, hasta el cierre de este informe el espacio web del MPPS publicó boletines epidemiológicos sólo hasta la semana 29 del 15 al 21.07.07, lo que no nos permitió contar con estadísticas más actualizadas sobre la prevalencia de dengue, malaria, fiebre amarilla, cólera, mortalidad materna e infantil"
¿Cómo ejercer contraloría social en estas condiciones? Afortunadamente, espacios como el de Anaiz permiten contribuir con la concienciación sobre el tema.
Publicar un comentario