¿Con 'C' de Corrupción o 'M' de Miedo?

Por F. Xavier Agulló. Me contaron una vez que cuando se añadió el décimo principio al Pacto Mundial de las Naciones Unidas (Global Compact), que versa sobre la lucha contra la corrupción a la que se comprometen las organizaciones firmantes, hubo una cierta polémica pues las firmantes "habían firmado los nueve primeros principios, no el décimo", que de forma automática se les añadía.

Y es que la C de corrupción siempre asusta nombrarla, aún cuando no exista en la empresa. Elaborando memorias de RSC siguiendo el modelo de GRI, donde es necesario reportar sobre como se lucha explícitamente contra la corrupción y los mecanismos para controlarla, algunas empresas piden si es posible cambiar la palabra 'corrupción' por otra, y es que da M de 'miedo'.

Hace un tiempo explicaba como asistiendo a un evento sobre RSC en el sector de la construcción, un señor vino sin power point, pues venía a hablar de 'corrupción' (¡¡¡Corrupción en la construcción!!!)... la cuál provocó un interesante silencio, y ninguna pregunta final al contertulio.

Es por ello que cuando alguien con significación pronuncia o escribe dicha C de Corrupción, me sobrecoge de emoción. Y ello se produce también en la recientemente publicada Guía Etica Empresarial, publicada por Fundahrse y Fundemos en Honduras. El presidente de esta última entidad afirma en su presentación que "No pedimos ninguna contraprestación de parte del sector público porque sabemos que probablemente el 80 o el 90 por ciento de la corrupción de este sector se debe a la malas influencias del sector privado", toda una declaración no ya de principios sino de intenciones. ¡Bravo Elías Lizardo!

Hay muchas cosas sin las cuales no puede haber responsabilidad social: sin responsabilidad laboral o sin cumplimiento de mínimos en prestación de servicios y venta de productos, por ejemplo. Pero tampoco puede haber RSC en una empresa sin que sepa escribir 'corrupción' con C y no con M.