Por F. Xavier Agulló. Este fin de semana la Argentina votó en un 70% a una mujer para el cargo de presidencia del país (ya sea a Cristina Fernández o a Elisa Carrió). No es tanto este hecho el que me chocó, gracias a Dios cada vez es más habitual, como el eslógan de campaña de una de las candidatas: "Carrió presidente". Dicha aseveración me llevó a investigar cual era el de su adversaria y, a la postre, ganadora, Cristina Fernández, pero en este caso no había sorpresa, era 'Cristina presidenta' donde fuera que lo mirase.
Así pues me llevó a pensar en si forma parte de la estrategia electoral (la política es de tan recónditas sutilezas que a menudo se nos escapan) o bien simplemente la plasmación de la inercia habitual de usar el masculino para describir los cargos.
Sea como fuere, uno de los pocos ámbitos en los que se ha avanzado en el lenguaje no sexista es precisamente en la descripción de los cargos o puestos de trabajo. Cada vez es más habitual ver 'informático/a' o 'director/a', pero seguimos encontrándonos con 'secretaria de dirección' o con 'mozo de almacén'. Es decir, avanzamos pero no suficiente.
No hace mucho, en una agencia de desarrollo social, pude observar el tablero de ofertas de trabajo, en la mayoría observaban el respeto por el uso no sexista del lenguaje, pero saltaban a la vista dos de ellas en masculino, ¡curiosamente para puestos que luego me contaron que habitualmente son aplicados por parte de mujeres! Dado que no había ninguna voluntad direccionista en ello, debemos concluir de nuevo el 'avanzamos pero no suficiente'.
Creo que un buen punto de partida debería ser que las empresas u oficinas de selección de personal incluyeran en su política de responsabilidad social el contemplar un código de uso no sexista del lenguaje, dado su impacto social y la difusión que tiene en medios.
Decía un pequeño héroe catalán de TV de cuando era niño, el Capità Enciam (capitán lechuga) que los pequeños cambios son poderosos. Es pequeño aparentemente el cambio que se deriva del uso no sexista del lenguaje, pero como nos enseña la programación neurolingüística (PNL), las palabras generan pensamientos y los pensamientos comportamientos.
RECURSO RELACIONADO: Guía para un lenguaje no sexista de Blog Responsable
¿Una mujer presidente?
Enviado por
F. Xavier Agulló
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lunes, 29 de octubre de 2007
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