Por Anaiz Quevedo. Hace algún tiempo tuve la fortuna de entrevistar a un descendiente Mariche o Petare una etnia que pobló el estado Miranda en Venezuela según el historiador venezolano René García Jaspe.
Me sorprendió sentir que aunque vestía a la usanza moderna, sus palabras contenían esa profunda sabiduría aborigen que lo conectaba inevitablemente con la tierra.
Y es que el común denominador de las etnias aborígenes de Venezuela y América es el respeto por Pachamama o la Madre tierra.
Muchas de estas gentes nómadas o sedentarias, eran cazadoras y recolectoras y partían de la idea de que los bienes para su sustento los daba la madre natura pero que había que acceder a ellos con respeto por los ciclos y estar en sintonía con el entorno.
“Nunca usted podía ver a un hermano o hermana aborigen construir sus viviendas sobre cauces de ríos, o acabando con los árboles sólo porque necesitaban los troncos. El río, la lluvia, el bosque, el cóndor, el águila, el tigre, todos son hermanos por igual y nos corresponde cuidarlos, porque todos somos UNO”, así me lo explicó en aquel entonces el aborigen mariche para quien el irresponsable uso de los recursos naturales en la actualidad pues era un fuerte dolor de cabeza.
“El indígena no persigue el objetivo de transformar el medio ambiente, pues él posee el mismo valor que todas aquellas otras partes con las que él convive. Es a partir de esta concepción que entendemos la desesperación de los indígenas cuando se talan montes, se dinamita el subsuelo o se caza indiscriminadamente. No sólo se mata a la naturaleza de la tierra, también se va asesinando a los indígenas. Y de hecho, la historia de nuestros pueblos está marcada por la muerte de la naturaleza” Argentina Indígena - INCUPO (Instituto de Cultura Popular)
Un o una aborigen tiene tanta conexión con Pachamama que sabe cuando va a llover mucho antes que las nubes oscuras inunden el cielo, sabe cuando se avecina un temblor o cuando un río busca su cauce. Él o ella se considera parte de la madre Tierra en un ciclo armonioso al que respeta como si tratara de su propio ser. Pero lamentablemente desde 1492, han padecido persecución por lo que creen y sufrido acusaciones de tener pactos con los demonios.
Las técnicas arcaicas, en manos de las comunidades aborígenes, habían hecho fértiles los desiertos en la cordillera de los Andes. Qué pasa en la actualidad que las tierras fértiles se están volviendo desiertos ¿La alta demanda de productos, las técnicas modernas de explotación? ¿Por qué está desconexión con la tierra?
Latinoamérica sufre de innumerables desastres ecológicos por sólo citar un continente. La tala indiscriminada de árboles de sus zonas protectoras o pulmones vegetales, la contaminación acelerada de sus fuentes de agua, la degradación de ecosistemas marinos, la contaminación del aire, la caza de animales en peligro de extinción, son sólo algunos de los casos que lamentamos todos y todas y en especial las etnias aborígenes que escuchan impotentes el dolor de Pachamama afuera o dentro de sí mismos. Aún los chamanes imploran en medio de sus ritos ancestrales por si acaso alguien pudiera escuchar…
Mirando un punto de tanta tierra
me preguntaba qué había pasado,
por qué los unos eran los otros,
y quienes de todos, habían quedado.
Mirando un punto de tanta tierra,
busqué el origen de mi pasado
y salí entonces de cara al tiempo
a caminar el camino andado.
Encontré signos de grandes huellas,
de las Naciones que supimos ser;
pero más signos y grandes huellas
de haber tenido y de no tener.
Beatriz Berreta (mapuche: Gente de la Tierra, ARGENTINA) Diciembre 1985
El dolor de Pachamama
Enviado por
F. Xavier Agulló
.
domingo, 14 de octubre de 2007
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8 Comentarios:
Localizo tu blog gracias a tu entrada en el mio. Gracias por tu comentario, que espero ayudes a difundir en pro de quienes necesitan ayuda.
Gracias.
Gracias a ti Manuel por alzar tu voz por los que necesitan de nosotros(as). Reitero lo que te comenté. En este mundo hay hasta comida de sobra (bueno mientras no acabemos con Gaia), agua, pero lo que falta es Amor, Amor suficiente para entender, para escuchar. Nos quedamos en las apariencias como si lo físico fuese eterno. Estamos de pasantía y se nos olvida a menudo.
Gracias de verdad Manuel.
Abrazos
Anaiz
Bien oportuno tu trabajo Anaiz, porque el respecto a la naturaleza es clave para nuestros indígenas de donde provenimos y con quien tenemos el reto de ocnservar sus culturas y maneras de relacionarse con el planeta. Felicitaciones.
Roxanys Paredes Rivas
Querida Hermana,
Leer tus comentarios me llena de orgullo y satisfaccion, sigue asi,
eres un angel, y como es bien sabido siempre estan en el cielo, para ti, ni alli conseguiras el limite.
Te quiero mucho
VICENTE QUEVEDO
Todos nos preocupamos por nuestro entorno, pero quizás no sabemos expresarlo de la misma manera que lo haces tú... Tu texto no es una mera reflexión, va más allá de eso, porque nos hace ver que desde el punto en el que nos encontremos y de alguna manera un otra es mucho lo que podemos hacer para salvar a la Madre Tierra...
Estemos aquí no como seres autómatas que luchan por su propia sobrevivencia y bienestar... Es mucho lo que podemos dar por el otro y por nuestro entorno.
Aliria Quevedo
Anita, al leerte me vino una sola palabra a la mente: Amazonas, esa inmensa selva que compartimos Venezuela y Brasil, y que está considerada como el último pulmón vegetal de nuestra Madre Tierra.
Nos toca a nosotros cuidar y promover la cultura de protección y preservación del Amazonas hermoso y necesario...
Y en cuanto a nuestras etnias indígenas, ésta es la era de nuestros pueblos ancestales, es el momento de reinvindicarlos por tanto desdén, y la manera yo creo, es definitivamente escuchándo sus enseñanzas, su sabiduría, que es la misma de Gaia, la madre Tierra.
Que Dios te bendiga por tus reflexiones Anaiz
Tu siempre amiga
Eliana Quintero
http://elianaquintero.blogspot.com/
El aporte de Anaíz es sumamente oportuno. El reciente Premio Nobel de la Paz, fija una posición clara hacia la protección ambiental. La paz no es sólo enfrentar los conflictos bélicos; se trata de generar las condiciones para una vida en armonía con la naturaleza, sin comprometer a las próximas generaciones.
Recientemente tuvimos oportunidad de escuchar a Francois Vallaeys, y su exposición sobre las 3 generaciones de ética es muy interesante: la individual, centrada en el bien-mal; la social, que aborda lo justo y lo injusto, e incluye a los DDHH; y finalmente la ética global, o de impacto, que abarca de manera particular la responsabilidad nuestra ante la naturaleza, el ambiente.
Magnífica la selección, querida amiga.
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