Por Cristina Almirall. Si una frase más consiguiera solucionar el controvertido problema de la inmigración este post se acabaría en este punto. Pero continuaré, puesto que todavía queda mucho por hacer y quedan muchas situaciones desgraciadas que erradicar o salvar.
Por mencionar algunas de las noticias que he podido leer o ver en televisión en este último mes os remarcaré que hace unas semanas conocía que en Atocha hay inmigrantes que se confunden entre quiénes viajan, que ofrecen su mano de obra barata sin papeles para la construcción. Las jornadas laborales oscilan entre las 10 y las 14 horas y si hay suerte se pagan entre 30 y 50 euros, aunque en la mayoría de las ocasiones se deja el dinero a deber.
En Alicante en este mes de mayo se han detenido a 4 empresarios por emplear “sin contrato” a personas trabajadoras nacionales y del extranjero. Una de las arrestadas vendía escandalosamente documentos falsos a la inmigración ilegal por valor de 1.800 euros.
Y como cada año, con el buen tiempo el drama de las pateras vuelve a encallar en nuestras costas. En lo que va de mes ya han llegado más de 1000 personas poniendo en riesgo sus vidas, entre ellos menores, mujeres y hombres, organizadas por mafias establecidas en Senegal y Marruecos, que han conseguido burlar la vigilancia y control de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex).
Cabe decir, para quiénes piensan que la llegada es masiva y sin control, que gracias a los compromisos de los países de esta agencia se ha conseguido reducir en una tercera parte la llegada de personas inmigradas irregulares.
Como pueden entrever la solución parece difícil para todos los colores políticos, aunque algunos intenten convencernos de que no. Lo demuestra la historia política de nuestro país y la reciente polémica desatada por el DVD del Partido Popular (PP) de Badalona en el que se relaciona la inseguridad con inmigración. En este vídeo donde se muestran opiniones de la ciudadanía con respecto a sus barrios, se expresa entre otros temas, la falta de seguridad, el aumento de los pisos “pateras” y la oposición a la construcción de una mezquita en suelo público.
Pero no nos engañemos, este documental, que es ciertamente expresión de la libertad de expresión y de la democracia, es por otra parte una desgraciada muestra de lo que muchas gentes piensan en nuestras sociedades. Porque aunque no guste reconocerlo este tipo de opiniones existen. Bienaventuradamente la mayoría de formaciones políticas, CIU, Ciutadans, PSC, ERC , e ICV-EUiA, así como la entidad SOS Racisme, han censurado la distribución por xenófoba, populista, irresponsable y amoral.
Según mi opinión lo grave del tema no sólo son las opiniones carentes de educación en la diversidad de la vecindad, sino también que este documental lleve la rúbrica de un alcaldable: el Sr. García Albiol, de quien más parecería esperarse que debiera defender la educación en la convivencia, la tolerancia y el respeto los derechos fundamentales. Pero no lo hace, ni de refilón, sino que además suscribe y lidera la iniciativa, y ya avisa de que repartirá más copias. Pero aún más, me parece igual de achacable la actitud de Piqué, quien no ha censurado el vídeo. Achacable, entonces me parecen las actitudes de los dos, puesto que considero que estas no son las maneras ni formas que cabrían en aquellos que deben gobernar las ciudades multicuturales que tenemos.
Lo que parece evidente es que ante estas situaciones desdichadas sólo puede insistirse, como lo hace el informe de Poul Nyrup y Jacques Delors “A new social Europe”,de que Europa debe cambiar de políticas de inmigración; y en mi opinión, censurar o sancionar aquellas actitudes claramente xenófobas o que promueven la xenofobia. Soy pues de la consideración democrática de que Europa necesita de la inmigración, puesto que me parece que las personas inmigradas tienen un papel importante en la sociedad, cultura y economía.
Europa necesita una reforma en gestión de la diversidad. Porque así no vamos bien. Porque así no construimos sociedades socialmente responsables. Porque para integrar hay que promover y garantizar el trabajo legal y las condiciones laborales adecuadas alejadas de la explotación. Hay que ser cívicos y aprender a convivir con quién es diferente a cada cuál. Hay que promover un mayor respeto por la diversidad, la religiones, las lenguas, las tradiciones y las culturas. Hay que igualar derechos y deberes e incluir a los y las inmigrantes en la vida pública. Y sobre todo, hay que insistir en las relaciones solidarias con los países de origen y cooperar con ellos, porque no nos olvidemos nunca de que el desengaño es el que mueve a emigrar y que son las actitudes xenófobas las que generan guetos y segregación.
La inmigración compete a todo el mundo y es de todo el mundo. Con las personas inmigradas hay que hablar. Tratarnos de tú a tú. Y darnos apoyo. Y ello a pesar de que haya inmigrantes que se aprovechen de su propios y propias compatriotas; que cometan delitos; que tengan manera distinta de pensar y hacer que la nuestra. Porque quiénes aquí ya estamos tampoco tenemos la santidad, y aunque tengamos diferencias, ello no nos da legitimación para tratar las gentes recién llegadas como inferiores, sino que debemos de hacer un esfuerzo conjunto para hacer de nuestras ciudades una lugar para vivir y convivir y caminar hacia el disfrute de la diversidad y la cultura, el respeto y la tolerancia mutua.
En verdad os digo: “Esperemos que nadie de nosotros y nosotras tenga que encontrarse ante situaciones semejantes”. Y sino que nos lo cuenten nuestras familias.
Recomiendo la lectura del informe de Poul Nyrup y Jacques Delors, A new social Europe. Report presented to the 7th PES Congress. Porto, Decembre 200l. http://www.pes.org/.
Necesitamos más inmigración!
Enviado por
F. Xavier Agulló
.
lunes, 21 de mayo de 2007
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2 Comentarios:
Los políticos deben ser los primeros en ser responsables en los mensajes que lanzan sobre la inmigración.
sin embargo jugar con el miedo les reporta votos y no pueden contenerse. Bochornoso, pero en este país pasan muchas cosas bochornosas, como escándalos urbanísticos, etc. Y nadie dimite, ni nadie castiga en las urnas...
Algo que no alcanzo a comprender.
Saludos
Qué razón tienes. La responsabilidad política se ha cambiado por la agresividad y la destrucción...la ética brilla por su ausencia...en muchos de ellos...quizás un código ético con compromisos de responsabilidad, les ayudaría a dialogar y aprender a hablar...Muchos políticos, con actitudes declaradamente antidemocráticas, utilizan tristemente el miedo no sólo para poder captar votos, sino para justificar como válidas todas las acciones...todas...Desde manipulaciones de la información con consecuencias gravisimas...hasta incluso guerras, que aún hoy duran...En las urnas la abstención suele ser el cánon...algo que hay que respetar por el desgaste de la ciudadanía, pero que es difícil de comprender, puesto que al estar en una democracia parlamentaria, la única manera de mostrar el descontento con los políticos, es ir a votar, aunque sea a tu perro.
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