9EMILIO
Por Emilio J. Blanco Lobejón. Estamos asistiendo en la actualidad a una situación donde continuamente nos llega información del tipo: la empresa “ X “ ha obtenido 25.000 millones de beneficios, la empresa “ Y “ ha incrementado ingresos en un 200 %, “ fulano de tal ha conseguido en solo cinco meses unas plusvalías del 1000 por 100. Además cada vez más, nos bombardean con rankings de los hombres y mujeres más ricos con cifras verdaderamente escandalosas, donde se habla de miles de millones de euros sin ningún tipo de reparo.
Se está produciendo, sobre todo ahora en un ciclo económico de crecimiento, una especie de “ Síndrome de Diógenes “ donde en vez de almacenar basura se almacena dinero. Estas empresas y personas que generan tantísimo dinero, han sobrepasado lo que yo llamo el “ umbral de inutilidad “, o lo que es lo mismo, el punto a partir del cual el dinero no vale nada, es inútil.( No se utiliza, solamente genera más y más dinero, a su vez inútil ).
Sí es verdad que hay algunas empresas y personas que son conscientes de este hecho y han creado fundaciones donde han aportado ese dinero inútil, como por ejemplo Bill Gates y Melinda Gates, Warren Buffet y otras gentes , muchas de ellas no conocidas, y también es verdad que detrás de algunas aportaciones se esconden prácticas de escasa o nula responsabilidad social, pero lo importante es que ya empieza a verse un cierto movimiento en este sentido.
Existe en el mundo desarrollado un proceso de concentración del poder económico que se enfoca fundamentalmente a los mercados ya maduros, de alto poder adquisitivo y que se ubican en los países más desarrollados. Este hecho trae como consecuencia entornos muy competitivos, empleo inestable, agonía y muerte de las empresas más débiles, desigualdades de todo tipo, además mantener la brecha existente con los países más pobres.
Mientras, estamos dejando a un lado un mercado potencial de 4.000 millones de habitantes, es decir las dos terceras partes de la población mundial, que además supone el segmento de población con mayor crecimiento futuro y con muchas necesidades insatisfechas. Este mercado situado en la Base de la Pirámide, de bajo poder adquisitivo representa una magnífica oportunidad para las empresas ya que implica grandes incentivos para la innovación tanto desde el punto de vista estratégico como tecnológico, además de crear un importante valor social aumentando las capacidades locales de esos países en vías de desarrollo.
Las estrategias enfocadas a la Base de la Pirámide, presentan a su vez grandes ventajas empresariales, como son el mayor entusiasmo y compromiso de sus equipos directivos que ven el éxito de su gestión sin necesidad de utilizar estrategias muy agresivas y poco éticas para conseguir iguales o mejores resultados. Bien es cierto que estas estrategias suponen un cambio de actitud, donde se lucha por el volumen y la eficiencia más que por el margen de beneficio.
¿ Son responsables las estrategias que están llevando hoy día las grandes empresas ?
Si analizamos lo que significa una OPA o cualquier adquisición de empresas que está tan de moda últimamente, vemos que se trata de destinar unos recursos económicos o financieros muy importantes ( a veces que incluso han traspasado lo que llamábamos antes el umbral de inutilidad ) para adquirir una empresa que ya está constituida y funcionando, un mercado que ya está abastecido y unos recursos humanos que ya disponen de empleo.
¿ No sería mejor destinar esos recursos para crear un negocio nuevo, con un mercado con necesidades insatisfechas, creando a la vez nuevos puestos de trabajo, obteniendo beneficios y además contribuyendo al desarrollo social y económico de la comunidad ?
Soy consciente que es un análisis un poco simplista pero merece la pena reflexionar sobre ello.
Las estrategias dirigidas a la Base de la Pirámide están dando grandes resultados y ya hay muchas empresas con equipos responsables que detectan oportunidades de negocio ( algunos ya lo llaman Oportunidad Social Responsable ) en este tipo de mercados.
Imaginemos las consecuencias de un incremento importante de empresas multinacionales o no, grandes o pequeñas, se dirigieran a estos mercados con estrategias responsables.
Por un lado los mercados en los países desarrollados dejarían de ser esos océanos teñidos de rojo por la competencia feroz, dando pie a que las pequeñas empresas y a los emprendimientos, que no pueden acceder a otros mercados, para que puedan generar sus utilidades de una manera más tranquila, creando empleo más estable, con un excelente clima laboral, respetando los derechos humanos; y por otro lado se estaría contribuyendo al desarrollo de esas dos terceras partes de la población que vive con menos de cuatro dólares al día.
En definitiva … UN MUNDO FELIZ.
Se está produciendo, sobre todo ahora en un ciclo económico de crecimiento, una especie de “ Síndrome de Diógenes “ donde en vez de almacenar basura se almacena dinero. Estas empresas y personas que generan tantísimo dinero, han sobrepasado lo que yo llamo el “ umbral de inutilidad “, o lo que es lo mismo, el punto a partir del cual el dinero no vale nada, es inútil.( No se utiliza, solamente genera más y más dinero, a su vez inútil ).
Sí es verdad que hay algunas empresas y personas que son conscientes de este hecho y han creado fundaciones donde han aportado ese dinero inútil, como por ejemplo Bill Gates y Melinda Gates, Warren Buffet y otras gentes , muchas de ellas no conocidas, y también es verdad que detrás de algunas aportaciones se esconden prácticas de escasa o nula responsabilidad social, pero lo importante es que ya empieza a verse un cierto movimiento en este sentido.
Existe en el mundo desarrollado un proceso de concentración del poder económico que se enfoca fundamentalmente a los mercados ya maduros, de alto poder adquisitivo y que se ubican en los países más desarrollados. Este hecho trae como consecuencia entornos muy competitivos, empleo inestable, agonía y muerte de las empresas más débiles, desigualdades de todo tipo, además mantener la brecha existente con los países más pobres.
Mientras, estamos dejando a un lado un mercado potencial de 4.000 millones de habitantes, es decir las dos terceras partes de la población mundial, que además supone el segmento de población con mayor crecimiento futuro y con muchas necesidades insatisfechas. Este mercado situado en la Base de la Pirámide, de bajo poder adquisitivo representa una magnífica oportunidad para las empresas ya que implica grandes incentivos para la innovación tanto desde el punto de vista estratégico como tecnológico, además de crear un importante valor social aumentando las capacidades locales de esos países en vías de desarrollo.
Las estrategias enfocadas a la Base de la Pirámide, presentan a su vez grandes ventajas empresariales, como son el mayor entusiasmo y compromiso de sus equipos directivos que ven el éxito de su gestión sin necesidad de utilizar estrategias muy agresivas y poco éticas para conseguir iguales o mejores resultados. Bien es cierto que estas estrategias suponen un cambio de actitud, donde se lucha por el volumen y la eficiencia más que por el margen de beneficio.
¿ Son responsables las estrategias que están llevando hoy día las grandes empresas ?
Si analizamos lo que significa una OPA o cualquier adquisición de empresas que está tan de moda últimamente, vemos que se trata de destinar unos recursos económicos o financieros muy importantes ( a veces que incluso han traspasado lo que llamábamos antes el umbral de inutilidad ) para adquirir una empresa que ya está constituida y funcionando, un mercado que ya está abastecido y unos recursos humanos que ya disponen de empleo.
¿ No sería mejor destinar esos recursos para crear un negocio nuevo, con un mercado con necesidades insatisfechas, creando a la vez nuevos puestos de trabajo, obteniendo beneficios y además contribuyendo al desarrollo social y económico de la comunidad ?
Soy consciente que es un análisis un poco simplista pero merece la pena reflexionar sobre ello.
Las estrategias dirigidas a la Base de la Pirámide están dando grandes resultados y ya hay muchas empresas con equipos responsables que detectan oportunidades de negocio ( algunos ya lo llaman Oportunidad Social Responsable ) en este tipo de mercados.
Imaginemos las consecuencias de un incremento importante de empresas multinacionales o no, grandes o pequeñas, se dirigieran a estos mercados con estrategias responsables.
Por un lado los mercados en los países desarrollados dejarían de ser esos océanos teñidos de rojo por la competencia feroz, dando pie a que las pequeñas empresas y a los emprendimientos, que no pueden acceder a otros mercados, para que puedan generar sus utilidades de una manera más tranquila, creando empleo más estable, con un excelente clima laboral, respetando los derechos humanos; y por otro lado se estaría contribuyendo al desarrollo de esas dos terceras partes de la población que vive con menos de cuatro dólares al día.
En definitiva … UN MUNDO FELIZ.
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