Por Alexandra Millán. Veinte Con cuanta frecuencia observamos hoy en día el acoso moral en el lugar de trabajo, son innumerables las veces que nos cuentan cuan maltratadas psicológicamente pueden ser las personas dentro de las empresas, pocas de ellas lo denuncian, las causas, normalmente miedo a sufrir despido de sus puestos de trabajo o el rechazo del grupo.
A este fenómeno, no tan moderno, se le ha llamado Mobbing, identificado en la década de los noventas por el profesor de alemán, Heinz Leymann - doctor en Psicología del Trabajo y profesor de la Universidad de Estocolmo – que definió este término durante un Congreso sobre Higiene y Seguridad en el Trabajo en el año 1990:
“Situación en la que una persona ejerce una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente y durante un tiempo prolongado sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente esa persona o personas acaben abandonando el lugar de trabajo".
A este fenómeno, no tan moderno, se le ha llamado Mobbing, identificado en la década de los noventas por el profesor de alemán, Heinz Leymann - doctor en Psicología del Trabajo y profesor de la Universidad de Estocolmo – que definió este término durante un Congreso sobre Higiene y Seguridad en el Trabajo en el año 1990:
“Situación en la que una persona ejerce una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente y durante un tiempo prolongado sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente esa persona o personas acaben abandonando el lugar de trabajo".
El inicio del acoso suele empezar de forma anodina,
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1 Comentarios:
El primer paso en la 'abolición' del acoso en el trabajo pasa por el reconocimiento de dicha enfermedad social. Son pocas las empresas que asumen que en su seno puede existir mobbing en alguna de sus formas. Es como aquella persona que tiene una enfermedad psicológica (es decir, la mayoría de la población mundial en mayor o menor grado), y no asume que puede tenerla pues aceptarla sería en sí mismo más traumático. La respuesta del empresariado, de la clase dirigente ante el planteamiento de posibles situaciones de mobbing, es que "¿En mi empresa? Por supuesto que no".
¿Cómo actuar ante tal negación?
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