9CRIS
Por Cristina Almirall. Dentro del gran abanico de acciones de responsabilidad social se encuentra una de las acciones que tiene claras ventajas para las empresas, personal, organizaciones no lucrativas y comunidad en general. Me estoy refiriendo al voluntariado empresarial, un conjunto de acciones realizadas por las empresas para incentivar y apoyar el compromiso de las personas trabajadoras en actividades con la comunidad.
Los tiempos están cambiando y poco a poco la acción social va haciéndose hueco en nuestra sociedad. Actualmente concurren una serie de circunstancias muy positivas para la expansión de esta figura: la ciudadanía es más exigente con las actitudes de las empresas, el tercer sector ofrece gran posibilidad de áreas de acción social donde implicarse y están empezando a nacer nuevas demandas por parte de los trabajadores y trabajadoras en las empresas para que éstas se comprometan más en actividades de ayuda social.
En España ha ido aumentando en prácticas de voluntariado civil y si bien hoy conocemos que hay un millón de personas voluntarias (el 2,5% de la población), todavía no se disponen de cifras sobre voluntariado corporativo, puesto que ésta es una práctica reciente y joven, que eso sí se está implantando con fuerza en nuestro país (para conocer las situación del voluntariado se recomienda el Diagnóstico de Situación del Voluntariado en España).
Las ventajas que ofrecen los programas de voluntariado empresarial son tan claras que parecería casi imposible resistirse: ayudan a mejorar la imagen de la empresa, estrechando los vínculos de la empresa con la sociedad y sus organizaciones; ayudan a mejorar la imagen interna y clima laboral, el trabajo en equipo y el liderazgo, puesto que implican de manera integral a todos los departamentos y grupos de empleados/as; además de contribuir a mejorar las habilidades y competencias de los personas. Está comprobado que las acciones de voluntariado corporativo promueven entre otras cosas la lealtad, la motivación, el sentimiento de orgullo, y el grado de satisfacción en el trabajo.
Un estudio de la Fundación Empresa y Sociedad, concluye que cerca del 50% de la ciudadanía prefiere empresas que dedican recursos a actividades de asistencia social, organizaciones que apoyan a personas con enfermedades terminales, educación, investigación y, por último, el deporte, y más de la mitad de los trabajadores y trabajadoras están a favor de que sus empresas colaboren con proyectos sociales, y ven dentro de los actores de la sociedad a la empresa como un actor relevante y ocho de cada diez trabajadores estarían dispuestos a colaborar directamente en proyectos sociales apoyados por su empresa.
Recientemente la obra social de la Fundación “La Caixa” ha publicado una Guía para promover el voluntariado desde la empresa que recomiendo. Esta guía es un manual práctico cuyo objetivo es orientar a las compañías para que impulsen iniciativas de voluntariado entre sus empleados.
En ella se recogen las distintas tipologías de prácticas de voluntariado empresarial enumerándose como tales: el banco del tiempo, la dedicación de tiempo libre, el “matching” individual, los proyectos grupales, los permisos de servicio social, el voluntariado profesional, las contribuciones y donaciones, la colaboración compartida, el “outdoor” solidario, los días del voluntariado, y los actos participativos.
La guía está dirigida a las direcciones de áreas funcionales que tengan responsabilidad sobre el personal y deseen incentivar su participación en acciones de este tipo. Y ofrece ejemplos prácticos además de detallar los pasos a seguir, los consejos y las claves para asegurar el éxito en el proceso.
Desde mi experiencia cabe resaltar las siguientes prácticas de voluntariado corporativo. Estudio Caravaca, ha desarrollado diversos servicios de diseño a entidades del tercer sector para sensibilizar sobre contratación de personas discapacitadas; Òmnia Comunicació y 250gr están desarrollando también acciones de voluntariado profesional, colaborando en el desarrollo de una página web y en una campaña de márketing respectivamente; la Obra Social de la Caixa de Sabadell emite boletines electrónicos internos en los que incluye noticias sociales para ayudar a expandir la cultura social. Las consultoras Ètia, Auren y MercaConsult participan en programas de voluntariado empresarial profesional para asesorar a entidades sin ánimo de lucro de la ciudad de Sabadell. Como ven cada vez son más las empresas, grandes o pequeñas, que se apuntan a programas de voluntariado corporativo, y están de acuerdo en afirmar que el voluntariado corporativo crea adicción porque es una acción muy gratificante y satisfactoria, que convendría practicar más a menudo.
POSTS RELACIONADOS: Populismo empresarial o una delegación hacia arriba / Cuando la democracia participativa decide el destino de la acción social / La responsabilidad social como maquillaje de mercadeo / Sin responsabilidad laboral no hay responsabilidad social
Por Cristina Almirall. Dentro del gran abanico de acciones de responsabilidad social se encuentra una de las acciones que tiene claras ventajas para las empresas, personal, organizaciones no lucrativas y comunidad en general. Me estoy refiriendo al voluntariado empresarial, un conjunto de acciones realizadas por las empresas para incentivar y apoyar el compromiso de las personas trabajadoras en actividades con la comunidad.
Los tiempos están cambiando y poco a poco la acción social va haciéndose hueco en nuestra sociedad. Actualmente concurren una serie de circunstancias muy positivas para la expansión de esta figura: la ciudadanía es más exigente con las actitudes de las empresas, el tercer sector ofrece gran posibilidad de áreas de acción social donde implicarse y están empezando a nacer nuevas demandas por parte de los trabajadores y trabajadoras en las empresas para que éstas se comprometan más en actividades de ayuda social.
En España ha ido aumentando en prácticas de voluntariado civil y si bien hoy conocemos que hay un millón de personas voluntarias (el 2,5% de la población), todavía no se disponen de cifras sobre voluntariado corporativo, puesto que ésta es una práctica reciente y joven, que eso sí se está implantando con fuerza en nuestro país (para conocer las situación del voluntariado se recomienda el Diagnóstico de Situación del Voluntariado en España).
Las ventajas que ofrecen los programas de voluntariado empresarial son tan claras que parecería casi imposible resistirse: ayudan a mejorar la imagen de la empresa, estrechando los vínculos de la empresa con la sociedad y sus organizaciones; ayudan a mejorar la imagen interna y clima laboral, el trabajo en equipo y el liderazgo, puesto que implican de manera integral a todos los departamentos y grupos de empleados/as; además de contribuir a mejorar las habilidades y competencias de los personas. Está comprobado que las acciones de voluntariado corporativo promueven entre otras cosas la lealtad, la motivación, el sentimiento de orgullo, y el grado de satisfacción en el trabajo.
Un estudio de la Fundación Empresa y Sociedad, concluye que cerca del 50% de la ciudadanía prefiere empresas que dedican recursos a actividades de asistencia social, organizaciones que apoyan a personas con enfermedades terminales, educación, investigación y, por último, el deporte, y más de la mitad de los trabajadores y trabajadoras están a favor de que sus empresas colaboren con proyectos sociales, y ven dentro de los actores de la sociedad a la empresa como un actor relevante y ocho de cada diez trabajadores estarían dispuestos a colaborar directamente en proyectos sociales apoyados por su empresa.
Recientemente la obra social de la Fundación “La Caixa” ha publicado una Guía para promover el voluntariado desde la empresa que recomiendo. Esta guía es un manual práctico cuyo objetivo es orientar a las compañías para que impulsen iniciativas de voluntariado entre sus empleados.
En ella se recogen las distintas tipologías de prácticas de voluntariado empresarial enumerándose como tales: el banco del tiempo, la dedicación de tiempo libre, el “matching” individual, los proyectos grupales, los permisos de servicio social, el voluntariado profesional, las contribuciones y donaciones, la colaboración compartida, el “outdoor” solidario, los días del voluntariado, y los actos participativos.
La guía está dirigida a las direcciones de áreas funcionales que tengan responsabilidad sobre el personal y deseen incentivar su participación en acciones de este tipo. Y ofrece ejemplos prácticos además de detallar los pasos a seguir, los consejos y las claves para asegurar el éxito en el proceso.
Desde mi experiencia cabe resaltar las siguientes prácticas de voluntariado corporativo. Estudio Caravaca, ha desarrollado diversos servicios de diseño a entidades del tercer sector para sensibilizar sobre contratación de personas discapacitadas; Òmnia Comunicació y 250gr están desarrollando también acciones de voluntariado profesional, colaborando en el desarrollo de una página web y en una campaña de márketing respectivamente; la Obra Social de la Caixa de Sabadell emite boletines electrónicos internos en los que incluye noticias sociales para ayudar a expandir la cultura social. Las consultoras Ètia, Auren y MercaConsult participan en programas de voluntariado empresarial profesional para asesorar a entidades sin ánimo de lucro de la ciudad de Sabadell. Como ven cada vez son más las empresas, grandes o pequeñas, que se apuntan a programas de voluntariado corporativo, y están de acuerdo en afirmar que el voluntariado corporativo crea adicción porque es una acción muy gratificante y satisfactoria, que convendría practicar más a menudo.
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